Noticias 8 consejos básicos para vuelos de larga distancia
Para muchos viajeros, tomar vuelos de larga distancia significa aterrizar en el destino completamente exhausto, no importa a qué hora toque tierra el avión. Con esta lista de trucos básicos para vuelos largos, llegarás relajado y preparado para comenzar a explorar y disfrutar de tu viaje.
Dormir durante un vuelo es la mejor manera de llegar al destino fresco como una rosa. Aunque probablemente el sistema de entretenimiento abordo te tiente con hacer una maratón de películas durante el viaje, tus horas estarán mucho mejor invertidas si las dedicas a echar alguna cabezada. Si un antifaz, una almohada y un par de tapones para los oídos te hacen más cómodo dormir, no dudes en meterlos en tu equipaje de mano. Te ayudarán a descansar durante tus vuelos de larga distancia.
Hacer ejercicio y disfrutar de una ducha antes de montarte en el avión hará más fácil que te relajes durante el vuelo. Un exceso de energía hace que el tiempo pase mucho más lento dentro del avión y que el asiento llegue a resultar incómodo. Según las palabras del doctor especialista en sueño Matthew Walker, autor de Por qué dormimos, hacer ejercicio y darse una ducha caliente son la clave para disfrutar de una siesta reponedora durante los vuelos de larga distancia.
Viste o lleva contigo un ropa que te asegure permanecer cómodo y a gusto durante tu vuelo. Encontrar una posición confortable en tu asiento quizás sea todo un reto, pero será mucho más difícil si, además, tienes que ajustarte un botón, una cremallera está mal colocada o la tela arrugada. Además, aunque partas de un destino caluroso, puedes llegar a sentir frío en el avión.
Una camisa, sudadera, mallas o pantalones anchos, calcetines compresores y zapatos cerrados son todo un acierto tanto dentro como fuera del avión. Mascarillas, calcetines y ropa interior limpia te ayudarán también a llegar a tu destino sintiéndote fresco y preparado en caso de que sufras cualquier retraso inesperado.
En esta nueva era de los viajes, las propuestas de comida en los vuelos de larga distancia pueden ser un tanto impredecibles. Algunas aerolíneas han reducido sus comidas a bordo, y otras muchas simplemente las han eliminado. Para hacer frente a esto, lleva contigo algunos alimentos para picar durante tu vuelo, ya sean palitos de verduras, uvas o galletas saladas, y de esta manera, pase lo que pase, no tendrás que lidiar con un estómago enfadado. Evita, eso sí, todo aquello que necesite cuchillo y tenedor para ser ingerido, así como alimentos que se derramen fácilmente o que desprendan un olor fuerte.
Mantenerte hidratado durante los vuelos de larga duración es esencial para llegar a tu destino sintiéndote como nuevo. Mientras que algunos viajeros prefieren evitar beber durante el vuelo para así no verse obligado a hacer visitas constantes al baño, la Aerospace Medical Association recomienda beber hasta 240ml de agua por hora de viaje.
Mantenerte hidratado hace que tu piel y tus ojos también lo estén. La humedad en la cabina del avión es bastante baja, en torno al 20%, lo que puede hacer que tu piel y tus ojos se sequen y lleguen a irritarse. Si usas lentillas, lo mejor es que te las quites y utilices gafas durante el vuelo. También acuérdate de meter en tu equipaje de mano un poco de crema hidratante: ¡lo agradecerás!
Ya prefieras ventanilla o pasillo (ya sabemos que nadie quiere nunca el asiento del medio), merece la pena que pagues un poco más si eso significa que podrás descansar en condiciones. Hay pros y contras cuando se trata de elegir entre asiento de ventanilla o pasillo. En el caso de ventanilla, no tendrás que preocuparte porque tu vecino de asiento te moleste constantemente cuando quiera salir. También tendrás algo más de espacio para apoyarte cuando quieras dormir. En el pasillo, podrás levantarte siempre que quieras si te apetece estirar las piernas o ir al baño.
Evita escoger un asiento cerca de los baños o en zonas destinadas a familias en los vuelos de larga distancia. Asientos con espacio extra para las piernas quizás merezcan la pena si eso significa disfrutar de un vuelo más cómodo. Una vez que estés sentado en tu sitio, evita colocar tus bolsas en el asiento frente al tuyo para poder así estirar las piernas sin problema ninguno.
Permanecer sentado por largos periodos de tiempo puede ralentizar el flujo sanguíneo, llegando, incluso, a provocarte hinchazón y estrés muscular. Para evitarlo, sin moverte del asiento, estira y gira el cuello, los hombros, las muñecas y los tobillos para prevenir cualquier tipo de dolor. También puedes darte a ti mismo un pequeño masaje frotándote los hombros, el cuello y las sienes para estimular el flujo sanguíneo. Ya que los carritos con comida y bebida suelen despertar a los viajeros igualmente, son una señal estupenda para tomarla como rutina y acordarte de estirar las articulaciones. Si necesitas utilizar el baño, aprovecha para dar un paseo por el pasillo y moverte así un poco más.
En los dos últimos años hemos cambiado la manera en la que viajamos. Aunque la mayoría de aerolíneas y aeropuertos hayan añadido más medidas de seguridad, limpieza e higiene, nunca está de más reforzarlas. Guarda en tu equipaje de mano algunas mascarillas a estrenar, gel hidroalcohólico y toallitas desinfectantes antes de subirte al avión.
Cuando llegues a tu asiento, pasa una toallita por encima de puntos clave como los reposabrazos, la mesilla, la pantalla de entretenimiento abordo, la zona de la ventana o botones varios. Disfrutarás de tus vuelos de larga distancia mucho más relajado.
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