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¿Es normal que nos pique la piel después de tomar el sol?
La radiación solar es uno de los agentes externos más dañinos que existen. Esta radiación está presente todo el año, tanto en forma de rayos UVB como UVA, y en verano todavía es más perjudicial.
Un exceso de exposición solar puede poner en riesgo a la persona de sufrir quemaduras, cáncer o fotoenvejecimiento. Es por ello que, para evitar sufrir cualquier lesión causada por el sol, es importante protegerse.
Lo cierto es que el cuerpo humano puede defenderse de la sobreexposición solar mediante la producción de histamina.
En ese caso, lo que hace la histamina es provocar una respuesta cutánea que puede causar síntomas como picor.
Para aliviar estos síntomas, son necesarios productos antihistamínicos tópicos que proporcionan alivio al picor relacionado con las quemaduras solares.
Además, la picazón también puede venir derivada de una alergia al sol, una enfermedad que experimentan algunas personas que tienen la piel sensible a la radiación solar.
Cuando el sol nos quema la piel, las quemaduras pueden hacer que experimentemos una sensación de picazón, pues prácticamente todas las personas que se queman por la radiación solar padecen este síntoma, especialmente en la zona de la picadura.
En ese caso, la picazón es un componente normal de la cicatrización, y las razones por las que sucede son complejas y, a día de hoy, no se conocen al completo.
De este modo, la intensidad de la picazón y la frecuencia con que se presenta no tienen que ver necesariamente con el tamaño ni la profundidad de la lesión causada por la quemadura.
Hay que tener especial cuidado con la picazón causada por una quemadura, ya que puede hacer que el paciente se rasque y rompa la piel que ya había sanado, porque está frágil.
El picor en el cuerpo a causa de la exposición solar también puede venir derivado de algunas enfermedades cutáneas que pueden causar lesiones de diferentes tipos.
Tal y como explican desde Vithas, uno de los riesgos de exponerse demasiado al sol son los síndromes de fotosensibilidad, un grupo muy amplio de enfermedades entre las que se incluyen “las formas idiopáticas (primarias) como la erupción polimorfa lumínica (EPL) y sus variantes (erupción primaveral juvenil, Erupción polimorfa sin rash), la dermatits actínica crónica (CAD), el prurigo actínico, el hidroa vacciniforme, la urticaria solar, además de la fotosensibilidad inducida por fármacos y agentes químicos, y la amplia variedad de dermatosis agravadas de forma secundaria por la exposición solar”.
Según explica la dermatóloga Raquel Sánchez Castaño, del Hospital Vithas Valencia Consuelo, una de las fotodermatosis más frecuentes es la EPL (erupción polimorfa lumínica).
La EPL se caracteriza “por la aparición de brotes recurrentes de una erupción papulovesicular pruriginosa en áreas expuestas minutos u horas después de la exposición solar”.
Para tratarla, se utilizan corticoides tópicos u orales de forma sintomática y se restringe la exposición a radiación UV.
Por otro lado, una sobreexposición solar también puede causar dermatitis actínica crónica (CAD), una enfermedad que se manifiesta como una dermatitis crónica en las zonas que han sido expuestas al sol y que provoca la aparición de máculas y ampollas.
En todos estos casos es imprescindible cuidar la piel durante todo el verano y protegerla con el uso de fotoprotectores de factor alto, ropa, sombreros. Además, estos expertos recuerdan que hay que priorizar “todas aquellas conductas que nos ayuden a evitar el sol”.
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