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Kundalini Activation Process o KAP es una herramienta que promete despertar y sanar nuestra energía vital. Suena freak pero cada vez tiene más seguidores. Para contártelo todo hemos hablado con Sulaika y Josef Ajram, sus ‘facilitadores’ más conocidos. Además ¡lo hemos probado!
Activar tu energía vital, esa con la que todos los seres humanos nacemos y que se va adormeciendo con el paso del tiempo, este es el objetivo de KAP o Kundalini Activation Process, la nueva disciplina energética que empieza a tener tantos seguidores como escépticos detractores. Ibiza, Tulum y Costa Rica son los epicentros mundiales de esta nueva tendencia wellness, que ya han probado muchos famosos.
El conocido trader, conferenciante, escritor y ex deportista de élite Josef Ajram no lo sólo probó y se enamoró del KAP sino que actualmente es uno de los 200 “facilitadores” de esta herramienta energética que hay en el mundo. Pese a las numerosas críticas que ha recibido, junto a Sulaika, su mujer y también facilitadora de KAP, ha decidido dar a conocer y compartir esta práctica que, según sus propias palabras, le ha cambiado su vida. La conocida entrenadora Magali Dalix es otra de las pocas capacitadoras españolas de KAP.
¿Qué es exactamente KAP? ¿Qué efecto produce? ¿Cómo es una sesión? Te contestamos a todas estas preguntas con la amable ayuda de Josef y Sulaika y, además, te contamos nuestra propia experiencia con KAP. ¿Un adelanto? Te va a romper los esquemas…
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“KAP significa Proceso de Activación de Kundalini y fue fundado por el maestro norteamericano Venant Wong, quien descubrió que, a través del tacto, podía activar un sistema energético de la persona”, nos cuentan Sulaika y Josef. Wong, que lleva dos décadas estudiando esta técnica, se dio cuenta también de que podía transmitir esa habilidad a otras personas, por lo que seleccionó a ciertos “estudiantes” para entrenarlos y facilitar este trabajo. Sulaika y Josef son unas de esas 200 personas de todo el mundo escogidas por Wong para transmitir KAP y a las que formó en Tulum hace tres años.
Como explican ambos, “KAP es una transmisión de energía de fuerza vital”. Y subrayan que es un proceso de transmisión, “no un proceso autogenerado”. Es el camino de la entrega, no el camino de la voluntad”.
Hasta aquí, difícil de asimilar, lo sé. Y antes de continuar, hay que hablar de los ¿chakras? Sí, suena todo muy friki pero hay que explicar qué son para poder entender lo que supuestamente ocurre en KAP: según el hinduismo los chakras son centros energéticos a través de los que fluye nuestra energía vital. Son siete, se reparten a lo largo de la columna vertebral, y supuestamente, influyen tanto en nuestro estado físico como mental y emocional.
Con KAP se pretende estimular y despertar la energía vital o kundalini, que se representa como una serpiente enrollada y que alberga el primer chakra o Muladhara, ubicado en la base del perineo. Según los facilitadores de KAP, durante el proceso se libera esta fuerza espiritual transformadora, reconectando el cuerpo y el alma. Incluso habiendo probado una sesión de KAP te cuesta entender qué ocurre, pero la realidad es que sientes y experimentan muchas cosas inesperadas que te hacen pensar que, aunque no puedas explicarlo, ahí está.
“¡Kundalini es tu fuerza vital, cuya presencia está salvajemente viva! Y estamos seguros de estar vivos. Estamos seguros de sentirnos dentro de nosotros mismos. Estamos a salvo para ganar conciencia y conocimiento. Estamos seguros de expandirnos, de querer más, de decir nuestra verdad y de ponernos a nosotros mismos, en nuestra verdad”, dicen Sulaika y Josef.
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“La primera vez que recibes la transmisión energética de KAP y sientes la activación de tu propia energía, todo vuelve a renacer en ti”, explica Josef. “Es algo nuevo que nunca habías sentido antes…pero siempre había estado ahí, dentro de tu ser. Todo se vuelve más vivo, más claro, esa es tu única y auténtica verdad, solo has de dejar que te guíe en el auténtico camino de tu evolución”. Como subrayan ambos, “KAP le va a dar cada uno lo que necesite”, es decir, cada uno vive en la sesión lo que está preparado para recibir.
Quienes han probado el KAP hablan de calma y más energía, claridad mental, vitalidad, liberación de sentimientos estancados, mayor conciencia, crecimiento personal y espiritual… KAP te puede ayudar a conseguir tu máximo potencial físico, mental y emocional. También dicen que equilibra el sistema nervioso, alivia el estrés, mejora el sueño, aumenta la creatividad, la intuición y ¡hasta la libido!
Pero, en ningún caso (como especifican los capacitadores de esta disciplina en una hoja informativa antes de la sesión), esta herramienta puede sustituir a ningún tipo de tratamientos médico, terapia psicológica o psiquiátrica. Se trata de una herramienta complementaria, de algo que puede ayudarte a sentirme mejor. Y cada cual acude a KAP cuando le apetece o lo siente.
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Las sesiones de KAP se realizan con una música con mucho, mucho power y a todo volumen. ¿Por qué? Como explica Sulaika, “la música ayuda a la persona que viene a recibir la sesión a calmar su mente, a relajarse, a dejarse llevar por las frecuencias y abrirse aún más a la rendición”. Como lo he probado, os cuento que el volumen y la fuerza de la música es una de las cosas que más me impresionó. Durante la sesión escuchas auténticos “temazos”, de hecho, hubo gente que acabó de pie casi bailando como si estuviera de fiesta.
¿Es la rendición la clave para afrontar una sesión de KAP? “Sí, cuanto mayor es la rendición, mejor puede hacer la energía su trabajo; ella es la que sabe lo que debe de hacer en cada uno de nosotros para llegar a un nivel más elevado de conciencia, desbloquear o evolucionar”, dice Josef.
¿Qué hace el facilitador durante la sesión para despertar la energía de los participantes? En los vídeos y fotos de las sesiones de KAP puede verse a los facilitadores haciendo curiosos movimientos con las manos y los brazos, como si moviesen “hilos invisibles”. A veces también hacen suaves presiones o tocan ciertas partes del cuerpo.
Como explican Sulaika y Josef, el facilitador es simplemente un canal de transmisión: “Transmitimos la misma energía que está en todo y en todos. La podemos llamar ‘energía vital’. Lo único que hacemos es volver a encender la energía que ya existe en las personas para que vuelva a fluir de manera natural, liberando cualquier bloqueo existente”.
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“Me gustaría dejar claro que no se emplea ningún tipo de sustancia, hipnosis o similar y que tampoco se le pide dinero a la gente después rollo secta”, subraya Josef. Y es que esta es alguna de las críticas, fruto del desconocimiento, que ha recibido KAP. Una afirmación que suscribo después de la sesión a la que asistí en Madrid con tres facilitadoras. Más allá del precio que pagas (normalmente 60€), nadie te pide absolutamente nada después ni te incitan a hacer más sesiones ni te piden ningún dato personal.
¿Qué tipo de experiencias puedes vivir durante una sesión? Nos lo explican Sulaika y Josef:
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Normalmente las sesiones de KAP se realizan en grupo (en la que yo estuve había unas 25 personas y fue en una sala de yoga). Antes de comenzar los facilitadores te explican en qué consiste KAP, qué puede ocurrir durante la sesión (te dicen que puedes oír a gente reír, llorar o moverse, que no te agobies porque cada uno tiene su proceso) y hacen una “demo” con algún asistente que ya está activado. En este punto realmente alucinas porque empiezan a moverse y contorsionarse en cuanto suena la música de la forma tan peculiar que puedes ver en los vídeos de KAP. Yo flipé al verlo en vivo y en directo.
Para comenzar, todo el mundo se tumba con los ojos cerrados (es el requisito durante todo el proceso, sólo debes abrirlos si por cualquier motivo quieres pararlo), empieza a sonar la música a todo volumen y cada uno siente y reacciona de una manera diferente: riendo, llorando, bailando, moviéndose de forma incontrolada, en silencio, gritando… Los capacitadores se van moviendo por la sala acompañando, tocando sutilmente a veces, hablándote en alguna ocasión al oído.
Soy testigo de que en las sesiones de KAP ocurre de todo y que en algún momento sientes la tentación de abrir los ojos para “ver el show”. Yo no lo hice por respeto y para no parar el proceso. A mi lado había una chica que lloraba a gritos, como si estuviera reviviendo algún episodio muy traumático de su vida, y eso me produjo cierta desazón y me hizo desconcentrarme un poco. Por la sala se escuchaba llorar y gritar también a otras personas (entiendo también que por eso el volumen de la música es muy alto, para darle a cada persona cierta “privacidad”). Tengo que reconocer que durante la sesión yo no sentí nada especial, quizá estuve demasiado atenta a lo que ocurría a mí alrededor y tengo que confesar que tampoco conecté demasiado con las facilitadoras. Pero se supone, como explicaron estas chicas, que aunque aparentemente no sientas nada durante la sesión, “la energía hace su trabajo”. ¿Lo hizo? No os hago spoiler aún…
Al terminar la sesión hay un momento de “puesta en común”, en el que quien quiere comparte lo que ha sentido, comenta o pregunta dudas. Tengo que decir que, pese a los llantos y gritos que se habían escuchado en la sala, todo el mundo estaba relajado y parecía contento, nadie parecía sentirse mal sino todo lo contrario, tranquilos y liberados.
Antes de finalizar también te recomiendan no beber alcohol, no consumir drogas y comer ligero; y te comentan que algunas personas sienten después cansancio, dolor de cabeza, pérdida o aumento del apetito. Si existía un dolor físico, la sintomatología del mismo puede aumentar o desaparecer. Para otras personas las sesiones de KAP son un “chute de energía, power y alegría, como para una de las amigas que me acompañó y que ya había hecho varias. ¿En cada sesión entonces "vas a más"? Como dicen los facilitadores de esta práctica, el efecto, el “boom energético” de KAP, suele ocurrir en la segunda o tercera sesión.
Esta práctica ha recibido muchas críticas y se ha calificado como “pseudociencia” (igual que la acupuntura o la homeopatía) y es cierto que no existe ninguna evidencia científica ni estudio al respecto. Pero algunos de los periodistas que la han probado se han replanteado sus críticas o al menos han sido sinceros y han contado haber vivido experiencias que no pueden explicar pero que han calificado como sorprendentes y positivas. ¿KAP hace efecto aunque no creas en ello? “Totalmente -subrayan Josef y Sulaika-, lo único que necesitas para asistir a una sesión de KAP es tener energía vital y todos la tenemos. Las personas más escépticas suelen ser las que se abren más fácilmente a sentir la energía, ya que no tienen ninguna expectativa ni nada que perder”. En este punto tengo que contar que una de las amigas que me acompañó a la sesión, muy racional y muy escéptica ante este tipo de cosas, se pasó la hora y media llorando a lágrima viva y reviviendo escenas o situaciones de su vida...
Josef ha sido quien más críticas ha recibido como facilitador de KAP por su condición de personaje público. ¿Cómo afronta este conocido trader y ex deportista toda esta animadversión hacia esta nueva faceta de su vida? “La verdad es que estoy bastante desconectado de si alguien me critica o no por hacer KAP. Desde que en 2005 inicié mi blog he recibido opiniones destructivas acerca de todo lo que he hecho, pero si algo he aprendido es que es una minoría ruidosa. A quien le apetezca recibir una sesión de KAP, asistir a una formación bursátil, leer un libro mío o ir a una conferencia, yo feliz de que lo disfrute”.
Está claro que para la mayoría de la gente es difícil creer en una “terapia energética”. Pero aunque no confíen del todo en ello mucha gente, como yo misma, se están animando a probarlo. La realidad es que las sesiones de KAP, en Madrid, Ibiza, Sevilla o Barcelona, están llenas y se trata de un movimiento que va extendiéndose por diferentes ciudades y países a gran velocidad.
Es como si nos hubiésemos dado cuenta de que el ejercicio físico y la terapia psicológica ya no son suficientes y nos estamos abriendo a cuidar también nuestro cuerpo energético y nuestra parte más espiritual. De hecho, ya han aparecido otras terapias como LNT o La Nueva Terapia, que promueve la sanación energética para curar cuerpo y mente.
Como apuntan Josef y Sulaika, “democratizar los trabajos energéticos es perfecto siempre y cuando se sea trasparente y no se generen sobre expectativas. Cualquier trabajo energético o terapia es bienvenida siempre que ayude a evolucionar y elevar los niveles de conciencia de quien lo recibe”.
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Sin, duda, al menos para poder opinar de ello y porque mal no te hace en ningún caso. ¿Cómo fue mi experiencia? Descubrí KAP por una íntima amiga mía “cero friki” que había ido a un retiro de KAP (¡todo un fin de semana haciendo yoga y KAP!) y que vino encantada. A ella las sesiones le sientan de maravilla, le proporcionan energía y mucha vitalidad.
Yo sólo he hecho una sesión, en la cual, como he contado antes, no sentí mucho… en el momento. Pero los días siguientes noté mucho cansancio y sueño, y después, un subidón de energía y claridad mental que cada día iba a más. Pudo ser por el KAP, pudo ser por las vacaciones… Como no lo tengo del todo claro, quiero probar más sesiones porque sí estoy abierta a este tipo de cosas.
Mi impresión, como periodista experta en bienestar y como profesora de yoga (un complejo tándem racional-espiritual) es que poco a poco nos iremos abriendo a este tipo de herramientas, terapias o disciplinas, y normalizándolas. Si no hace tantos años a la gente le parecía friki el yoga y hoy es una práctica no sólo reconocida por la OMS sino una disciplina de moda y cool, dentro de 5 ó 10 años recibir una terapia energética o hacer una sesión de KAP puede ser tan normal como ir al fisio o a darse un masaje. Tal vez cuidar el “cuerpo energético” llegue a ser dentro de poco tiempo algo tan normal y necesario como cuidar el cuerpo físico con ejercicio o la mente con la ayuda de un psicólogo.
Un dato que os lanzo para terminar: sólo hay un 5% de materia física en el universo, el resto es energía.