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Los usuarios de las lentillas dudan de si usarlas en la piscina
Es una de las preguntas que más se hacen las personas que utilizan lentes de contacto, especialmente durante el verano. ¿Se pueden usar en la piscina? Es un tema tan recurrente que se han extendido argumentos tanto a favor como en contra. Para salir de dudas, lo mejor es consultar con expertos
Y en ese caso, los especialistas consideran poco recomendable llevar lentes de contacto en la piscina, pues puede provocar problemas en nuestra salud visual.
Según explican desde Óptica Universitaria, llevar las lentillas en la piscina o en la playa está “totalmente desaconsejado” porque el agua contiene bacterias y gérmenes que pueden quedarse pegados en las lentillas y, en consecuencias, entrar en nuestros ojos.
Uno de estos gérmenes es la acanthamoeba, un parásito presente en el agua que puede pegarse a las lentillas y saltar de ahí al globo ocular. Así puede generar una infección grave de conjuntivitis, además de queratitis e incluso puede derivar en problemas oculares más graves.
Los expertos también advierten que en las piscinas existe otro problema pues al agua se le añaden productos químicos como el cloro que pueden provocar irritaciones e inflamaciones en el ojo. Al absorber el agua de la piscina, las lentillas pueden deformarse a causa de estos productos.
Por todo ello, es más que recomendable evitar el uso de las lentes de contacto si vamos a bañarnos en la piscina o el mar.
Si en tu caso en particular no puedes renunciar a las lentillas, debes seguir algunas recomendaciones. La más importante es usar lentillas desechables, ya que no requieren de una limpieza y desinfección exhaustiva, por lo que se reduce el riesgo de contaminación de bacterias en tus ojos.
No está de mas ponerte unas buenas gafas de natación que aseguren el aislamiento para que el agua no entre en contacto con las lentillas.
En cualquier casos, debes intensificar las medidas higiénicas. Lávate las manos al salir de la piscina para poder manipular las lentillas y límpialas con el líquido de lentillas que usas para desinfectarlas a diario. Así evitarás que tus ojos entren en contacto con posibles gérmenes que haya en tus manos.
Usar lágrimas artificiales puede ayudar cuando notamos que las lentes de contacto o nuestros ojos se han resecado.
No excedas el tiempo de uso de las lentillas recomendado por tu especialista y no te frotes los ojos.
Si no puedes pasar sin las lentillas, existen alternativas para que puedas bañarte igual con garantías de seguridad. Por ejemplo, puedes utilizar gafas de natación graduadas, que facilitan la visión dentro del agua con las mismas garantías de las lentillas.
La mayoría de estas gafas están fabricadas con un sellado hermético de silicona a los lados que impide el paso de agua, por lo que son realmente seguras. Además, no se empañan porque no permiten que el vaho se adhiera a la lente
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